La microbiota intestinal afecta a la piel. Si tu intestino no está sano, tu piel tampoco lo estará, pero la piel también tiene su propia microbiota, así que debes darle a tu organismo alimentos ricos en prebióticos y probióticos para gozar de buena salud intestinal y quizás el yogur no solo debas comerlo. Tomar yogur natural sin azúcar es una opción muy cómoda, económica y fácil para mantener un intestino cargado de microorganismos saludables. Yo me decanto por la opción de yogur elaborado en tu propia yogurtera y, de esta manera, podrás disfrutar de yogures que tengan leche, lactobacillus y nada de azúcar ni conservantes.
Pero también puedes usar el yogur para aplicártelo sobre la piel. Lo puedes usar como exfoliante, como mascarilla hidratante, purificante y para tener la piel limpia, con una microbiota sana y fuerte.
Que el yogur natural sin azúcar ni sabores es bueno para la piel, se descubrió en el año 1905. Las bacterias del yogur convierten el azúcar de la leche en ácido láctico y ese ácido láctico es un exfoliante natural muy potente por su función bactericida. Ese ácido en el estómago elimina las toxinas que se generan por la fermentación de la comida y, en la piel, ayuda a que no proliferen bacterias causantes del acné, y otras inflamaciones, además tiene efecto queratolítico y eso hace que la piel se vea más limpia y lisa.
Puedes hacer un exfoliante natural con yogur y una cucharada de harina de arroz. Para conseguirlo, limpia tu piel y dejándola húmeda aplica la mezcla y haz masajes circulares durante un par de minutos y después aclaras con agua fría. Para preparar una mascarilla súper hidratante, solo necesitas poco de yogur. Aplica el yogur sobre el rostro limpio y seco, deja la mezcla 15 minutos y después aclaras con agua fría. Si tienes acné, puedes mezclar el yogur con cúrcuma o miel o unas gotas de limón y déjalo reposar 20 minutos antes de retirarlo. Puedes hacerlo 3 o 4 veces por semana.
El yogur es un alimento que tiene muchas propiedades para la salud y también puede ser tu aliado de belleza por sus propiedades desinfectantes, calmantes, exfoliantes y protectoras de la microbiota y no solo de la intestinal sino también la de la piel.
Cuca Miquel, coach de belleza