Irritaciones, edemas, fisuras…
Las más comunes son las irritaciones, que suele ser consecuencia del empleo de un cosmético inadaptado al tipo de piel. Pero cuando los síntomas son más agudos y duraderos (enrojecimientos, edemas o fisuras), se trata de una alergia. En estos casos, los expertos señalan que hay que averiguar qué sustancia la produce para evitar volver a ponerla en la piel.