El verano es época de lucir palmito y eso bien lo sabe la modelo curvy más internacional, Ashley Graham. Con el objetivo de lucir unas curvas de infarto, la top model más natural y reivindicativa se ha montado un gimnasio al aire libre. Nada más y nada menos que en plena calle de Nueva York. Eso sí, no lo ha hecho sola, sino que ha estado muy bien acompañada. Graham ha contado con la inestimable ayuda de su pareja, el director de cine Justin Ervin. Y es que no hay nada que una más a una pareja, que marcarse una buena sesión de deporte.
Luciendo su look más cómodo, con una coleta, unas gafas de pasta y enfundada en una camiseta blanca de sport y unas mallas negras, la modelo curvy le ha dado duro a las pesas. Pero no son unas pesas cualquiera, sino que la celebrity se ha atrevido nada más y nada menos que con diez kilos. Ahí es nada. Aunque, bajo la supervisión de su churri cañón, todo es posible. Y es que a juzgar por las imágenes, nadie mejor que él para darle unos buenos consejitos de cómo ponerse en forma. Pues la tableta que luce el director de cine es algo fuera de lo común.
Aunque no todo han sido sudores y sacrificios. Entre pesa y pesa, también ha habido tiempo para las risas y las carantoñas. Y es que como buen entrenador, su churri sabe cómo animar a su pareja para que siga dándole duro al ejercicio. Nada como unas buenas risas, una buena palmadita en el trasero y a seguir que es gerundio.
La modelo, conocida por sus curvas de infarto y por luchar en contra de los cánones de belleza establecidos, fue descubierta con apenas doce años mientras disfrutaba de una tarde con sus amigas en un centro comercial de su Nebraska natal. Desde entonces, Ashley ha protagonizado varias portadas de revistas y campañas de moda. Tanto es así, que su lucha por la belleza natural le ha valido posicionarse entre las 30 mujeres, menores de 30 años, más influyentes de los Estados Unidos. ¡Larga vida a las curvas!