"Soy una niña, me llamo Violeta", con estas palabras sorprendía Ignacio, de seis años, a sus padres Nacho Vidal y la también actriz de cine para adultos Franceska Jaimes. Desde entonces ambos emprendieron un camino de lucha para hacer feliz a su hija y conseguir que fuera quien realmente es. Un esfuerzo que se ve reflejado en 'Me llamo Violeta', un documental que ve la luz después de tres años de trabajo y que se ha presentado este mismo fin de semana en el Festival de Cine de Málaga.
"Hoy presentamos en el @festivalmalaga el documental de mi hija Violeta! Después de tres años de gran trabajo se ha hecho realidad", escribía el actor en sus redes sociales a su llegada a la ciudad andaluza, donde ha posado junto a Franceska y sus dos hijos, Violeta y León.
"Nosotros solo estamos aquí para acompañarte. Tú haz solo lo que tú sientas que quieres hacer", le dijeron sus padres a Violeta cuando comprendieron lo que estaba viviendo. "Ni Franceska ni yo somos super padres, solo simplemente padres. Acompañamos a nuestra hija en un camino que ella quiere tomar y lo hacemos desde la empatía y el respeto", declaraba el actor de cine para adultos, "es cierto que hemos evolucionado. Hoy por hoy, mi hija tiene derecho a ir vestida como le de la gana, a llamarse Violeta y a poder cambiar el libro de familia porque ella se siente chica y no chico. Pero ¿quién soy yo para decir lo que ella es o no es? ¿quién es nadie para hacerlo?".
En el documental se muestran distintas historias, todas con un mensaje muy claro: "Todos y cada uno de nosotros tenemos derecho de vivir el sueño que queramos vivir". "El documental trata de dos familias muy distintas con un punto en común: en ambas, un menor transgénero", comenta Franceska en sus redes sociales. "Hemos venido a esta vida a amar, a vivir, a empatizar con lo que nos rodea y a rechazar aquello que nos hará daño", zanja Nacho Vidal.