Tras dar por cerrada su etapa con Orishas, Yotuel lanza nuevo disco en solitario, ‘Renacer’. “Porque en mi vida hay muchos renaceres”, explica. Y ‘naceres’ también: el cubano será padre de una niña junto a su pareja, Beatriz Luengo, con la que ya tiene un hijo, D’Angelo. Zoe nacerá en tres meses en Miami. Será su tercer hijo: tiene otro de veinte años, fruto de una relación anterior.
¿Por qué ‘Renacer’?
Porque en mi vida ha habido muchos renaceres. Soy como un gato que va agotando las vidas. Son siete, voy por tres. Siempre me motiva el recomenzar. Desde que salí de Cuba con 18 años y me fui a París, luego vine a España, donde me metí en televisión, y luego fui a Miami. Y gracias a Dios que< en mi vida me he encontrado a una guerrera, que es Bea, que tiene mi misma filosofía.
¿De quién fue la idea de grabar con Omar Montes?
Fue una casualidad. La discográfica es de Bea y mía. Yo quería una canción con un rapero y haciendo un homenaje a España. Lo elegimos porque Bea me dice que hay un chico que es de barrio y yo lo que vi de Omar me gustó. Cuando le conocí, me recordó al Yotuel que se quería comer el mundo. Conecté con un tipo con un corazón enorme, muchas ganas de colaborar, sin ningún tipo de ego porque es sencillo. Yo con este disco quiero colaborar con todo el mundo, yo no miro números.
Dices que no miras los números, ¿no eres artista para ganar dinero?
Yo soy creativo para hacerme rico. No estoy en la música para que me haga ganar dinero. A lo mejor nunca soy rico con la música, pero lo soy en otro sentido porque me gustaría tener un restaurante o escribir un guión de una película. A mí ‘Un paso adelante’ me hizo rico de corazón, y ese motor es mucho más importante que el dinero. Yo vengo de un país donde no hay nada. Cuba me ha enseñado que lo que se rompe, se arregla. Nosotros no salimos de Cuba con la ambición de hacernos millonarios, sino con la ambición de poder mantener a la familia.
¿Dejaste allí a tu familia?
Mi familia es muy pequeña. Soy hijo único. Dejé a mi madre. Bueno, mejor dicho, me dejó ella a mí cuando me dijo: “Vuela, pero vuela alto y sin miedo”. En Cuba sólo hay un forma de mantener a los tuyos, yéndote del país, porque allí no puedes mantener a tu familia con cinco dólares al mes.
¿Ahora qué dice tu madre?
Está contentísima y orgullosa. Sigue en Cuba y me dice: “Yo te hice para el mundo”.
¿Nunca le has dicho que salga de allí?
Sí, yo me la llevo a Miami y a España, pero ella tiene en Cuba a sus amigas. Yo volé con 18 años porque ella me dejó.
Es raro siendo hijo único.
Por eso me llamo Yotuel. Mi madre es muy bruja y le dijo a mi padre que siempre iban a ser tres: Yo, tú y él. Y, efectivamente, mi padre se fue en 1980 de Cuba y se casó otra vez, pero nunca tuvo más hijos. Ni mi madre, que se volvió a casar.
Este verano Beatriz nos dijo que tú le habías enseñado a ser feliz.
Sí, porque la alegría y la felicidad son diferentes. La felicidad puede estar siempre presente y la alegría te la dan los momentos. Yo le dije a Bea: “No sé cuántas alegrías tendremos en la vida, pero intentaré hacerte feliz siempre”. Los dos venimos de orígenes humildes y la felicidad no se compra.
Vuestros papeles en ‘Un paso adelante’ eran un poco biográficos porque el de Bea, Lola, también tenía unos orígenes humildes.
Sí, hay papeles que no sabes si están hechos para ti o están hechos porque tú existes. A mí ‘Un paso adelante’ me cambió la vida en todos los aspectos.
¿Habrá segunda parte?
No lo sé, pero a mí me encantaría. No ha habido una serie de baile tan importante en España como ‘Un paso adelante’.
¿Tienes aparcada la interpretación?
La aparqué mucho tiempo por Orishas, porque era una banda que dependía de un colectivo y a mí me llamaban para hacer películas, pero si yo paraba les hacía parar a ellos. Yo no quería perjudicarles.
Beatriz también nos dijo que lo suyo fue un flechazo.
Yo también sabía que mi amor era Bea.
¿Cómo se sabe eso?
Se sabe cuando al cabo del tiempo te preguntas que si en la próxima vida naces mujer, quieres ser tu compañera.
¿No hay celos?
No. Sí hay admiración, no hay celos.
¿Temes que se rompa?
Los miedos en la vida siempre existen, pero los valientes somos los que vencemos a los miedos. Yo quiero hacerla feliz toda mi vida. Si aparece alguien que le haga más feliz que yo, pues muy bien, pero lo dudo porque estoy dejando el pabellón bien alto.
¿Eres mejor marido que padre?
Soy todo. Soy un gran padre porque yo no lo tuve, se fue muy pronto de Cuba. Yo me crié sin padre, aunque me reencontré con él cuando ya tenía 32 años. Eso me hizo saber que yo quería ser un padrazo. Tengo que inculcarles tanto, que me emociona ser padre de nuevo.
Dos niños y llega la niña, ¿va a ser la niña de tus ojos?
Yo creo que va a ser aunque Bea se vaya a poner celosa. Y mira qué curioso, cuando empezamos y yo iba a su casa a recogerla, me enseñaba su muñeca de su infancia y era mulata. Ahora, casualidades de la vida, va a tener una muñeca mulata de verdad.
¿Cómo vivís en Miami?
Somos muy hippies: tenemos gallinas, huerto, frutales… A mí me encanta cocinar. De no ser artista... Sería cocinero. Me encanta crear platos. Me encantaría ir a ‘MasterChef’ porque soy un cocinero frustrado. En mi casa está prohibido que las mujeres cocinen.
¿Quieres enseñarle a tus hijos tu tierra?
Claro que sí, pero quiero enseñarles la Cuba que me imagino, no la que yo conocí.
¿Te ha ayudado el físico para triunfar?
No sé si influyó para que me dieran el papel en ‘Un paso adelante’. Al final, lo que funcionó fue mi interpretación.