Phoebe Price, aficionada a sacarse el culo en plena calle

Parece que esto de cumplir años nos pasa a todos menos a la actriz/modelo Phoebe Price, y no sólo por estar 'recauchutada' de bótox hasta las cejas (literalmente), sino porque esa etapa en la que a los niños les da por despelotarse (normalmente a los 2 ó 3 años), a Phoebe Price no se le ha pasado aún a sus 44 primaveras.

Tampoco sería un look de extrañar si Phoebe estuviera en la playa o en la piscina... pero es que ella va así en su día a día por las calles de Los Ángeles.

De hecho, tampoco sería un gran problema que vaya en bikini por la calle... si no fuera porque paparazzi que ve, paparazzi al que le pide que le haga una sesión de fotos de lo más erótica-festiva en plena vía pública sin ningún pudor.

Eso de vestirse de lo que los demás entendemos por "persona normal" Phoebe no lo entiende, por eso su estado natural es un bikini, una rejila o un body de stripper dominatrix con botas altas y liguero incluido... y nada más, que en Los Ángeles aprieta el calor que no veas durante todo el año. En resumen, ¡va de lo más fresquita y sencilla, vaya!

Las escenitas a pie de calle son el día a día de Phoebe, que se pega estos "guarrazos" tan graciosos en las aceras de la ciudad mientras sus amigos le ríen las gracias.

Queremos seguir recalcando lo de "fresquita" y "sencilla", y añadimos "discreta". No sabemos muy bien por qué hace como que se tapa los pechos, si ya ha dejado muy poco a la imaginación con dos florecillas tapando los pezones... aunque una de ellas le ha salido un poco díscola y se ha movido (¿o la ha movido ella a propósito?), dejando a la vista más de lo que nos gustaría...

Pasear al perro puede ser toda una experiencia y, si eres Phoebe Price, la experiencia puede ser una oportunidad... para mostrar más, si cabe, cualquier parte del cuerpo con tal de que te persigan los fotógrafos.

Lo que no tenemos muy claro es si esas tiras a la altura del trasero son de un tanga o forman parte de ese ruinoso vestido. En cualquier caso, lo que sí está claro es que ¡es feo con avaricia!

Tampoco se podían imaginar los fotógrafos que perseguían a Phoebe Price que bajo este otro look tan normal (para ella) se escondía el culo al aire de la actriz/modelo/exhibicionista.

Viniendo de ella se podían esperar cualquier cosa, y ahí estaba: tras empezar a echar gasolina a su coche, Phoebe se desató la camisa de la cintura para mostrar sus posaderas por los agujeros de los bolsillos del vaquero, que habían desaparecido para dejar sus glúteos al fresco.

Una vez que Phoebe Price consiguió convertirse en una habitual de las alfombras rojas y otros saraos donde poder codearse con las celebrities, decidió que era hora de mostrar todo lo que podía ofrecer al mundo del entretenimiento, que no fue otra cosa que enseñar las diferentes partes de su anatomía por entregas.

Por mucho que cueste creerlo, la señorita Price tiene ya 44 años, edad más que suficiente para mostrar algo más de reparo a la hora de llamar la atención.

Como una sirenita fuera del mar (y del psiquiátrico), Phoebe Price se desvive por sorprendernos casi a diario con las fotos más freaks y escasas de ropa.

Si creíamos que Lady Gaga era la única que podía hacer de la comida el complemento ideal para cualquier look, nos equivocábamos.

A pesar de que la actitud alocada de Phoebe Price puede hacer pensar a más de uno que esta chica tiene pajaritos en la cabeza, Price demuestra que lo que realmente tiene son… pollos asados.

Por lo menos esta vez Phoebe centraba toda la atención de los fotógrafos en su cabeza y no en su ya popular ropa interior.

¿No hay nadie que se atreva a decirle a Phoebe que ya está algo crecidita para jugar a los disfraces? La eterna aspirante a celebrity no deja pasar un día sin enseñarnos alguna parte de su anatomía. Y, según parece, sus glúteos son uno de sus mayores orgullos.

El perro, muerto de vergüenza ajena, prefiere mirar hacia otro lado... y nosotros casi que también.