Iggy, como una más por su casa
Como decimos, poco le importó que el repartidor la viera recién levantada y "de andar por casa" como cualquier hija de vecino. Eso sí, por si acaso abrió la puerta principal de su mansión un trocito pequeño para evitar a los fotógrafos... ¿y que el repartidor se asustara en exceso, quizá? Desde luego, el pobre hombre tuvo algunas dificultades técnicas para entregar el paquete...