Demasiado tiempo escribiendo
Su retiro de la televisión para dedicarse a su vocación literaria fue el desencadenante de que descuidara un poco la alimentación, aumentando su apetito y, por tanto, su barriga. Patatas, chocolatinas,… todo hacía un poquito más feliz a Huerta. "Me ponía morado en los buffets de los hoteles", señala.
Al principio, como todos, lo achacaba a problemas externos, como que la ropa le estaba encogiendo la ropa, además de la manida ‘retención de líquidos’. “Porque yo, retener retengo todo: matrículas, teléfonos, cumpleaños, aniversario de mis 'ex', contraseñas, números de tarjetas y, sobre todo, líquidos”, sostiene.