Sylvester Stallone y Mickey Rourke: de mitos eróticos ¡a dar asquete!

¡Si es que así no se puede! Los excesos con la cirugía se pagan, y de qué manera: cuando creíamos que Mickey y Sylvester no podían recauchutarse más, van ellos y nos sorprenden... ¡Mira todo lo que han cambiado sus caras en los últimos años! Alucinante...

La carrera de Mickey como boxeador –sufrió dos roturas nasales y una de pómulos– no fue muy exitosa, por eso se dedicó al cine, donde no le fue mal al principio a este neoyoquino motero... y algo broncas.

Los ochenta fueron sus años de mayor gloria, hasta que el teléfono dejó de sonar y a Mickey le dio por ir al cirujano estético.

Su aficción al bisturí le ha pasado factura a Rourke, de 64 años, tal y como demuestra esta imagen. Al parecer, una depresión tras su divorcio en 1988 fue el detonante de todo.

Mickey comenzó a ganar peso: se puso en los 113 kilos y se arrepintió de un lifting facial y una operación de párpados que le dejó casi irreconocible.

La mala vida y los avatares de estos últimos seis años han hecho mella en él, que a pesar de todo sigue paseándose por los photocalls luciendo careto... (¿o careta?)

Y aunque quiera arreglarlo con injertos de pelo y llamativas corbatas que desvíen la atención, a Mickey no hay por dónde cogerlo.

Cualquiera diría que protagonizó 'Nueve semanas y media' junto a Kim Basinger, o 'El corazón del ángel'. Ahora se conforma con volver a la palestra para volver a trabajar y que así su carrera vuelva a relanzarse. Tanto es así, que el año pasado rodó cuatro películas.

Eso sí, él es consciente de que su etapa de mito erótico ha pasado, pero aún así no se considera un juguete roto y sobrevive pasados los sesenta. Hasta se toma con humor su reencuentro con otra 'joya' de los ochenta como Sylvester Stallone...

Y precisamente de este último venimos a hablar: Rocky Balboa ha sido el papel de su vida y su obsesión desde entonces ha sido conservar la juventud del personaje de boxeador que le dio a conocer.

Ha sido tal su afán por estar siempre joven que incluso fue detenido en Australia, en 2007, ¡con 48 frascos de somatropina (una hormona de crecimiento)!

Sin embargo, conoció la cirugía, a la que su madre Jackie, ya nonagenaria, era tan aficionada, y empezó con los estiramientos faciales que deformaron, aún más, un rostro machacado por el boxeo.

También se ha extraído grasa de los párpados con blefaroplastias y se ha sometido a múltiples dietas para lucir tan joven como su espectacular y joven esposa, la ex modelo Jennifer Flavin.

El resultado de tanta operación no es del todo malo, sobre todo teniendo en cuenta que tiene 70 años y que conserva, en parte, el porte de Rambo.

El maquillaje y el tinte de pelo también son otros de sus fuertes.

El neoyorquino, que tiene seis hijos, ha vuelto a renacer gracias a 'Creed', la continuación de 'Rocky'. Tal vez por eso está más tranquilo con la cirugía y, al menos, ya deja lucir alguna cana en su todavía espesa melena... aunque todo apunta a que, como su buen amigo Mickey, ha tirado de implantes...

¿Conseguirán nuestros famosos envejecer con dignidad algún día?