Un discurso muy emotivo
Cristiano, por su parte, sonrió por el tributo, que no esperaba para nada, y así lo dijo en su discurso, durante el que su madre, Dolores Aveiro, no paró de llorar (no sabemos si por la emoción o por lo poco que se parecía la estatua a su hijo...): "No lo pedí, peor no soy hipócrita: me hace feliz", dijo sin miramientos. Él, en su línea...
"Ver este aeropuerto llevar mi nombre es muy especial. todo el mundo sabe que estoy orgulloso de mis raíces", añadió.