Lo más difícil vendría después, cuando Lolita tuvo que decírselo a sus hijos, Elena y Guillermo: "Primero se lo dije a mi hermana por teléfono. Y a mis hijos les senté en casa, porque yo soy como de telenovela. Ellos, que ya me conocen, porque soy aprensiva, intentaron quitarle importancia para que no me viniera abajo. Elena incluso intentó cancelar un viaje, pero yo no la dejé. Sé que ha llorado mucho y me duele muchísimo haberla visto sufrir tanto."