Hablando de momentos terribles, ¿cómo te encuentras de salud?
Bien, recuperándome. Aún estoy cansada, pero me siento bien. El trabajo ha sido también una buenísima medicina para recuperarme. Tener la mente ocupada y el apoyo de mi gente, familia, amigos, compañeros y directores, ha sido muy importante. Y no es peloteo. Ellos han comprendido cuando yo no he podido levantarme del sillón, y han intentado que la semana siguiente fuera un día más. Me han ayudado mucho, muchísimo...
¿Te has sentido arropada por todos tus compañeros?
Mis compañeros se han portado muy bien, pero unos más que otros. Unos lo han manifestado más fuera del trabajo y se han preocupado de mandarme un mensaje, como es el caso de Belén, que no dejó de llamarme, y el de Rosa, Chelo, Karmele y, por supuesto, tú.
¿Los que no nombras no se han preocupado por ti?
No es que considere que los otros no se hayan preocupado. Sé que Mila Ximénez, por ejemplo, estaba muy cabreada porque me hubiera puesto enferma, ya sabes cómo es: le dolía. Matamoros tampoco me ha escrito, pero su mujer por supuesto que sí. Yo conozco más a Makoke que a Kiko, aunque con el tiempo que llevamos trabajando juntos tenga más relación con Kiko que con ella.