Kiko Rivera e Irene Rosales entraron en la casa de ‘GH Dúo’ con el objetivo de soliviantar sus múltiples deudas. Ellos mismo han confesado en más de una ocasión que los apuros sufridos ante la falta de liquidez, llegando incluso a tener problemas para pagar el alquiler, los llevó a aceptar la propuesta de participar en el reality. Sin embargo, el matrimonio ha sabido adaptarse bien a la convivencia dentro de la casa, disfrutando de la experiencia y dejando muchos momentos para el recuerdo. Y es que nadie puede negar que, desde un primer momento, se han convertido en unos de los grandes protagonistas de esta edición, ya sea por sus continuas discusiones, sus momentos de complicidad o las inesperadas confesiones que han puesto sobre la mesa. ¿Logrará alzarse alguno con el preciado maletín? Méritos no les faltan…
Matrimoniadas
Aunque todas las discusiones acaban igual, con la pareja dándose un beso y pasando página, la verdad es que Kiko e Irene se han pasado los casi tres meses de convivencia saltando a la primera de cambio. Entre los motivos de sus disputas hemos visto de todo, desde salsas de tomate hasta falta de atenciones en un día muy especial. Aunque Rosales los primeros días optaba por darle la razón a su marido, con el paso de las semanas hemos visto que sabe muy bien cómo plantarle cara para que se deje de tanta tontería.
Un gran apoyo para aguantar la convivencia
Aparte de discutir, la parejita también ha tenido sus muchos momentos de complicidad. De hecho, se apoyan muchísimo el uno en el otro, siendo Irene la que en muchas ocasiones ha tirado de su marido para que no se venga abajo. Pero para momento surrealista, cuando Irene Rosales le tuvo que cortar las uñas a su marido porque él asegura que no sabe. Sí, ¡con 35 primaveras a sus espaldas! ¡Eso es amor (y cualquier palabra que queráis añadir) y lo demás son tonterías!
Problemas con las drogas y otras íntimas confesiones
Al hacer frente a su ‘curva de la vida’, Kiko Rivera dio un paso al frente y se atrevió a hablar de sus problemas con las drogas, entre ellas, la cocaína y el hachís, para agradecer el apoyo recibido por su madre y su esposa. “En determinado momento de mi vida tuve adicción a las drogas. Lo pasé muy mal”, confesó. “Desengancharme me costó lo más grande, pero a unos niveles grandísimos… Mi familia puede comprobar que sigo cumpliendo con lo que tengo que hacer”.
Además, ha hablado en reiteradas ocasiones de cómo llegó a despilfarrar su fortuna después de haber amasado casi 5 millones de euros a lo largo de su vida. "Yo he malgastado muchísimo dinero entre muchas cosas por los problemas que yo tenía y también porque se me acercaba mucha gente y venían contigo y nunca ponían un duro para nada… Muchas veces no hemos podido ni pagar el alquiler de la casa. Y ha sido cuando mi madre me ha ayudado" señaló.
Amor por sus retoños
Como es normal, el matrimonio siempre tiene presente a sus hijos. Kiko Rivera e Irene Rosales se han emocionado en más de una ocasión al hablar de las dos hijas que tienen en común, Ana y Carlota, llegando incluso la andaluza a derrumbarse al verse lejos de ellas. Por su parte, Kiko tampoco se olvida de Francisquito, el hijo que tuvo con Jessica Bueno. La nostalgia que siente el DJ al verse separado de sus pequeñas es tal que hizo que fue la causante de que acabara llorando por primera vez en televisión.
Confesiones de Cantora y sus moradores
A lo largo de las semanas, Kiko Rivera ha ido soltando perlas acerca de sus familiares y allegados. Desde tiritos a su hermana, hasta halagos hacia su madre, pasando por compartir recuerdos de su padre, el cantante no se ha dejado ningún miembro del clan Pantoja sin sacar a colación. Entre estos momentos protagonizados por su mediática familia, destacamos aquel en el que el joven contó la experiencia paranormal que Chabelita vivió con el fantasma de Paquirri o el emotivo reencuentro entre Kiko Rivera y su hermana.
Encontronazos con sus compañeros
Irene Rosales no es muy de meterse en movidas, pero Kiko Rivera ha protagonizado varias broncas con algunos de sus compañeros, como por ejemplo Ylenia, Fortu o María Jesús. De hecho, en los últimos días el matrimonio ha unido fuerzas para arremeter contra la modelo después de que se enteraran que habla mal de ellos en la intimidad del confesionario. Tanto es así, que han acabado discutiendo en directo, con María Jesús acusando a Kiko de “machista”. ¿Llegará la sangre al río?
Problemas de salud
A un paso de la final, Kiko Rivera se ha visto aquejado de un inesperado problema de salud, lo que le ha llevado a tener que ir con muletas (e incluso se rumorea que podría acabar abandonando el reality). "Me ha dado un ataque de gota fruto de la mala alimentación. Comemos mucha pasta, arroz y, sobre todo, tomate, y me ha sentado mal. Pero estoy bien, ¡no me voy de aquí ni muerto!", explicó el DJ. ¡Menos mal que tiene a Irene ejerciendo de sufrida enfermera! A su vez, Irene Rosales tuvo que abandonar la casa durante un par de días debido a que había sufrido un aborto involuntario.
Momentos de diversión
De Kiko Rivera nos hemos reído tanto con él como de él. Mítico fue el momento en el que sacó a relucir su lado más payaso y presentó en sociedad a Kikorina, una femme fatale pelirroja que hizo todo lo posible por conquistar el corazón de Juan Miguel. Además, se convirtió en protagonista involuntario de las risas del público cuando se pegó un buen guarrazo durante su milagroso ‘embarazo’.