Una deportista ¿de primera?
Antes de que entraran en la casa, sus habitantes se dispusieron a realizar una prueba de recompensa para obtener el poder de la salvación. Para ello, debían de realizar un circuito de obstáculos. Hugo y Miriam, al concursar como uno solo, tuvieron que escoger quién de los dos lo haría.
La coruñesa fue la elegida, por ello, a Hugo se le quedó la cara como un poema cuando, la deportista profesional, ¡no fue capaz de saltar un potro!