El momento culmen de la noche fue la pelea entre Ainhoa y Melania. Por culpa de la comida y por los refilones que salpicaban a Nico las dos morenazas de la casa se enzarzaron hasta llegar a las manos, levemente, eso sí, pero llegaron. Melania tiene que abandonar la casa porque le puede pasar factura, mientras que Ainhoa se parece mover como pez en el agua en esas trifulcas. Piero parece ausente del espectáculo y siquiera protege a Melania, por quien parece que no siente nada y Pepe, a lo suyo, hablando en politesse y con frases hechas que lo mismo utiliza para definir el estado de nervios de la casa que para explicar la cría de renos en Alaska.