GH 12: Joaquín, el quinto expulsado

La idílica relación de la parejita ha pasado por unos cuantos baches esta semana. Los celos de la rubia aumentaban por momentos y no estaba dispuesta a que su novio se llevara tan bien con Marta, la gallega.

Para Chari era una falta de respeto y su modo de cortar el problema era avisando a su chico de que iba a comenzar a pasar de él. Rubén, que se encontraba entre la espada y la pared, entre su novia y su amiga, no estaba dispuesto a acatar las normas de Chari y aseguró que no va a cambiar su forma de ser.

El gaditano no se prestó a aguantar los celos de Chari y se lo dijo muy clarito: "No voy a cambiar mi forma de ser con Marta, si le tengo que dar un abrazo se lo daré".

Chari tampoco se quedó callada: "Es tu culpa, una persona no se toma confianza si tú no quieres". La rubia no se acordó de sus juegos con 'El Feroz' al decir a su chico que todo está en los vídeos. Él, cansado del tema, le aseguró que se arrepentiría.

'El Malaguita' no ha tardado mucho tiempo en olvidarse de Laura y lanzarse a la conquista de Catha. Ambos han encajado a la perfección desde el primer momento y los dos jóvenes han empezado a pasar mucho tiempo juntos.

La venezolana ha asegurado que Marcelo "es un chico súper simpático con el que he tenido mucha conexión porque me parece un niño maravilloso y muy noble, con un corazón muy lindo". Pero la concursante no parece sentirse atraída por el veinteañero, ya que confesó que "no hay ningún chico dentro de la casa que sea mi tipo".

"Me ha encantado conocerla porque es una tía íntegra, graciosa, cariñosa, humilde, servicial, inteligente, respetuosa y muy guapa. Me gustaría seguir intimando con ella y tener una buena relación. La verdad es que me hacía falta porque en esta casa no hay chicas como ella. Veo que se puede hablar con ella de cualquier tema y no está al mismo nivel que Laura" sentenció 'El Malaguita'.

El gallego ha llegado a la conclusión esta semana de que algunos concursantes juegan con ventaja. Los comentarios de Pepa, la nueva, le han hecho recapacitar mucho y tiene claro que Chari y Rubén tienen muchas más posibilidades de ganar.

La llegada de esta concursante a la casa de Guadalix de la Sierra ha desestabilizado por completo a Yago. El joven no comprende el comportamiento de la nueva, y se pregunta lo que quiere decir cuando le confiesa que "quiere aliarse con él pero a la vez piensa nominarle". Estos comentarios de Pepa le han valido un toque de atención por parte de la organización que le ha recordado que no puede dar información del exterior.

"Yo, si hablo de pactos contigo, es porque tengo confianza, no es por buscar su propio interés porque si nominamos juntos, metemos seis puntos. Nos hacemos falta porque ellos están metiendo a la vez", le contaba el modelo a Marta, su principal compinche en este pacto.

La amistad entre 'El Malaguita' y Dámaso no ha pasado por un buen momento. Marcelo le contó a Joaquín que 'El Coplas' le había metido mano en el jacuzzi y le "lanzó la boca". Y claro, se armó el belén.

"Otra vez el tema del jacuzzi, de lo de Marcelo. Yo ya le he pedido perdón. A parte, ya me ha dicho mucas veces que soy una loca y a mí eso no me hace ninguna gracia. A mí no me gusta que me ponga como la loca de España porque no es verdad", aseguraba mientras intentaba desahogarse en el confesionario.

Dámaso no tardó en buscar apoyo en alguno de sus compañeros de concurso, eligiendo a Laura como paño de lágrimas. La joven, depués de escuchar las quejas de su amigo y lejos de intentar apaciguar sus ánimos, aseguró que "Marcelo es una persona muy rencorosa".

El joven, que se ha modernizado mucho desde que entró en la casa de Guadalix de la Sierra, se ha apuntado a la moda de los piercings. Influenciado por Jhota y su estilismo, el ex seminarista se ha mostrado muy contento con la decisión de agujerearse la oreja.

El nuevo, la verdad que ha pasado bastante desapercibido esta semana. Excepto por el pacto que ha hecho para nominar junto con Yago, Marta y Pepa, lo demás es irrelevante. ¿Aguantará así hasta el final del programa?

Laura, la concursante más temperamental de esta edición, harta de su situación con 'El Malaguita' decidió iniciar un acercamiento y lo hizo de una forma radical: metiéndose en la cama con él.

Y mira que es difícil meterse juntos en la misma cama en la casa futurista. ¡Con lo fácil que es hacerlo en la otra! Eso sí, lo mejor estaba por llegar.

Entre las sábanas se pudo escuchar como la pareja se dejaba llevar. La parejita sellaba su amor con varios besos que únicamente pudimos escuchar. ¿Por qué?

Porque su amiguito se ocupó de taparles con una bonita camiseta de cuadros blancos y negros. Aunque de poco les sirvió porque en ese momento alguien entró a la habitación y se quedó como la camisa, a cuadros.

Pedazo de papelón que se encontró la rubia cuando llegó al dormitorio. Así que entre su cara, Jhota tapándoles y los soniditos que se escuchaban por los micros. Está claro lo que ha pasado. ¡Ha habido temita!

Y así llegamos al momento de la verdad. La audiencia vota y ... tachánnnn: Joaquín Sanz ha sido el quinto expulsado de 'Gran Hermano'.

Sus idas y venidas con Marta, sumado a las últimas críticas que le ha dedicado durante su última semana en el concurso acusándola de falsa y de haber hecho que él estuviera nominado, pueden haber sido los motivos que han llevado a la audiencia a expulsarlo del concurso.

Él, por su parte, ha intentado aclarar que no es ningún falso, que todo lo que ha dicho de la gallega se lo dijo a ella a la cara y que tenían una relación abierta, unas excusas que no terminaron de dejar claro qué había pasado entre la atípica pareja.

Pero con todas las movidas que había tenido Laura en la casa blanca con Marcelo, las voces, los insultos y los desprecios hacia el chico, parecía que iba a ser la madrileña la quinta expulsada de Gran Hermano 12.

Sin embargo, aunque ha llegado a la recta final, era Joaquín quien se iba, algo que refrendaba lo que él piensa que Marta le había perjudicado en su paso por el reality. La expulsión era en cierto modo una sorpresa, incluso para los propios implicados, Laura se quedaba parada al no verse fuera.