La maldición de Gran Hermano

El asturiano salió con su cuadrilla a una discoteca de Gijón, en noviembre pasado. Unos individuos se metieron con sus amigos y él saltó en su defensa. A la salida del local, le estaban esperando. Le dieron tal paliza que le provocaron una diplopía (visión doble). Días después, según aclaró Mercedes Milá, Nicky estaba “mucho mejor y no ha perdido el ojo.”

No es la primera vez que la canaria sufre una agresión, pero el pasado 14 de enero, a la salida de una discoteca de Fuerteventura, casi pierde la vida. Una mujer con la que había discutido le clavó una navaja en el costado. Le dieron 21 puntos de sutura. 

Desgraciadamente perdió la vida al cruzar una vía de tren, en junio de 2006, en Palencia. Soñó con ser boxeador, pero nunca pasó de ganarse la vida como stripper. Dentro de la Casa, se lió con Sonia Arenas.

La modelo, finalista de la primera edición del reality, sufrió en 2009 trastornos alimenticios que le provocaron, además de anorexia, descalcificación en los huesos. Una vez recuperada, aseguró que desde su agencia de modelos lucharía contra esta enfermedad de la belleza mal entendida.

Al salir expulsada de la Casa, saltó la noticia de que la sevillana se había dedicado a la prostitución para sacar adelante a sus hijas. Tras varias exclusivas narrando los maltratos recibidos a lo largo de su vida, también acusó a Carlos, el padre de su hija menor, de agredirla.

A la salida del concurso, enseguida se enganchó a la tele y empezó a trabajar. Incluso fichó por Sálvame, hasta que un día tuvo que parar: “El estrés, los nervios, la dieta... Se me vino todo encima. Incluso se me cayó el pelo.” Recuperada, ya ha vuelto al programa.